lunes, 10 de julio de 2006

Posiciones políticas

"¿Cómo que se va a impugnar hasta anular la elección?, ¿que no dijo usted hartas veces que la democracia se pierde o se gana por un voto? ¿y que usted iba a aceptar el resultado? ¿y ahora resulta que dijo mi mamá que siempre no? ¿Pues qué pasó?

También dice, sin presentar todavía las pruebas, que la elección fue tramposa, con lo cual pone usted en entredicho la 'honorable honorabilidad' de los ciudadanos que como escrutadores o como presidentes de casilla cooperamos para llevar a cabo un proceso electoral limpio, cuyo resultado debe respetarse, no se vale que el interés de un partido esté por encima de los intereses de un país.

El pueblo como nunca antes, asistió a las casillas, votó, y ahora ustedes aunque no les guste tienen que aceptar el resultado, porque así es la democracia.

Ya son muchos los problemas que tenemos que resolver los mexicanos como para todavía agregarles el desorden y el caos.

México lo que quiere y lo que necesita es trabajar en paz, para seguir hacia adelante, todos unidos.

Usted me cae muy bien don Andrés Manuel, pero con su actitud, va a perder la credibilidad y la simpatía que ha ganado durante tanto tiempo, o presenta las pruebas que dice o acepta el resultado y desde su trinchera siga luchando por nuestro querido México, por que como dijo el matemático, no es hora de dividir, es hora de sumar.

Aquí no hay ni vencedores ni vencido, aquí todos somos México, la generosa patria que forjaron nuestros mayores y en la que creceran nuestros hijos.

Aquí, el pueblo es el único que tiene el privilegio de mandar".

La anterior es una inverosímil arenga política dentro de un programa pseudocómico que pretendió ser de análisis. Somero, parcial, inconcebible, pretensioso, pero muy claro dentro de la postura que asumió desde antes de las elecciones la televisora de Emilio Azcárraga Jean.
Actores del programa El Privilegio de mandar, arengas política sin análisis

Es el cierre con "broche de oro" que le ordenaron a los productores poner en voz del actor Carlos Espejel a una serie de mediana talla que jamás se aventuró a criticar a fondo, pero que a golpe de publicidad, promovieron como la gran parodia política que nunca fue (en De tocho se dijo con bastante oportunidad).

No debe extrañar a nadie que ahora, el descaro de Televisa se ponga en pantalla. En la historia de la televisora esto no es nuevo, aunque antes el actor principal había sido el mismo dueño Emilio Azcárraga Milmo que se hacia llamar "un soldado" del priismo.
Los Azcárraga, la transición, del PRI al PAN

Hoy, con esa postura parcial, Televisa y su dueño se vuelven soldados del panismo y evidencian que la empresa siempre sigue la corriente del poder y desestima cualquiera que sea el reclamo social.

Con el mensaje de "El privilegio de mandar", en franca posición política para simpatizar con el televidente de clase media baja, Televisa pretende bajar el ánimo y convencer en la moral que efectivamente hubo elecciones limpias, aunque en el análisis de Carlinflas, las elecciones sólo existieron en las urnas, entre el limpio trabajo de escrutadores y presidentes de casillas.

Para el personaje de Espejel, sus guionistas, productores y Televisa, no hubo un antes de las elecciones, no hubo campaña sucia, no hay suspicacias en el programa de conteo, no hay dobles intenciones y por supuesto, tampoco hay apoyo de la televisión para erradicar la duda del fraude.

Triste y vergonzoso el papel de los actores que nunca midieron que fueron paleros de los verdaderos ganones de los chistes del programa, los empresarios afines a la televisora de Azcárraga Jean (y el mismo Emilio) que son los verdaderos personajes que tienen "el privilegio de mandar".

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Crítica de Álvaro Cueva sobre el programa mencionado

Opinión de Jesusa Rodríguez sobre el tema
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